martes, 25 de febrero de 2014

Mi cumple a detalle

Tal y como dice el título de esta entrada, se trata de la descripción de cómo pase el festejo de mi cumpleaños. Anteriormente había subido algunas imágenes pero no di una descripción adecuada sobre esa fecha ya que tenía poco tiempo y no quería dejar de mencionarlo, así que ahora que dispongo de mayor tiempo lo escribiré.

Mi cumpleaños es en los primeros días de enero (si, días fríos) así que prácticamente cuando inicia el año es como si festejara un año más. Y lo malo de esas fechas es que todo el mundo anda de parranda aún esperando la rosca de reyes. Como si en esas fechas no comiéramos bastante, en mi caso se suma el pastel. 
Como los decía, ya es costumbre que el día de mi cumple en mi casa me hacen el típico pastel, comida, los abrazos, etc. Y este año no fue la excepción. Sin embargo, debido a cuestiones ajenas, algunos familiares no pudieron acudir, así que fuimos pocos, lo que me llevo a comer más pastel jaja. 



No puedo parar de reír cuando veo a mi primo saboreando el pastel en cada foto jaja

Antes de que llegara esa fecha, yo había pensado en la forma en que quería celebrar (¡eran mis 25 años!) y debía de hacerse algo. El año pasado celebré en un bar, pero debido a la hora y al lugar, algunos no fueron o no toman, además de que no me quedaron muchas ganas de repetir siendo yo la anfitriona porque creo que de todos los asistentes fui la que menos disfrutó. Así que hice una lista con los lugares a los que quería ir y pasarle bien, entre ellos estaba Six Flags, Beraka (un parque de diversiones extremas, fuera del DF), Las Estacas, rentar una casa en Cuernavaca y no recuerdo que otras más. Hice un censo con mis amigos y pues al final una de mis amigas ofreció prestar su casa en Yautepec (Morelos) y la opción me pareció muy buena. Solo era cuestión de definir qué día sería ya que yo quería todo un fin de semana, digo no a diario puedes darte una escapada al calorcito, siendo que por esas fechas aquí en el DF había un frente frío y casi muero congelada. Así que encargué de ver esos detalles para tener todo listo, a veces mi obsesión por tener todo bajo control puede ayudar.

Antes de hacer ese reunión, tenía ganas de hacer un viaje pequeño (con una persona muy especial) y el lugar que se me ocurrió fue Tepoztlán en Morelos y claro, subir el famoso cerro del Tepozteco. Así que regresando a la historia principal, una vez que se fueron mis invitados empecé a hacer mi checklist de las cosas que llevaría, los lugares que debía visitar y precios de todo. Al día siguiente me levante temprano y salí de i casa rumbo a ls Central camionera del Sur, que era donde salían los camioncitos que me dejaban justo en el pueblito. Una vez con el boleto en la mano, me dedique a esperar hasta que saliera mi camión, lo curioso es que me habían dicho que tenía que estar en el andén 17 y cual fue mi sorpresa que ¡no había andén 17! Después de unos minutos de preguntar, medí cuenta que había una pequeña hoja de papel y con letra escrita a mano decía "Andén 17" justo enmedio de un poste. Así que me forme y aborde el primer camión que se paró en lo que yo podía deducir era el dichoso andén. Una vez arriba me perdí en el paisaje, ya que una de las cosas que disfruto cuando viajo en carretera es el paisaje y tomar una que otra foto. 
Hice alrededor de una hora para llegar a mi destino y  la base donde me (nos) dejó el camión era típica de un pueblito perdido en la nada. Solo había de referencia una gasolinera. Afortunadamente el amable conductor, antes de bajar, me había comentado de unas camionetas por parte de la línea de autobuses que de la base me podían llevar al centro de Tepoztlán gratis. Tuve que esperar 20 minutos y pasó el dichoso transporte. Fue gracioso porque pensaba que estaba muy retirado, pero fueron casi 3 minutos para llegar al centro. Una vez que baje tuve que tomar los fotos obligatorias sobre mi visita, ya saben pal' Face jaja.






Caminamos sobre la calle principal que nos llevaba justo a la falda del Tepozteco, no sin antes admirar la artesanía y notar que había mucho (muchísimo) extranjero, lo cual le quita un poco de misticidad al lugar. En fin, cuando vimos un letrero con algunas indicaciones del INAH y pequeños escalones, note que lo bueno apenas empezaba. Recuerdo que una amiga me había dicho que jamás fuera con zapatillas o calzado incómodo, ya que en partes era difícil subir. Y tenía razón. Llevé el calzado cómodo y las cosas necesarias para la ocasión (botellas de agua, papel, comida ligera y mi cámara, la cual no podía faltar). Para mi suerte esos días estaba enferma de la garganta y el clima junto con el esfuerzo físico provocaron que tuviera que descansar más veces de las que planeaba, pero valía la pena porque cada vez que me detenía tenía la oportunidad de tomar fotos y admirar el paisaje. Conforme iba (íbamos) subiendo, notaba que los escalones estaban más inclinados o incluso había partes donde no había escalones y en su lugar se encontraban piedras de las que si no te agarrabas bien, te podías dar un porrazo de esos trágicos que ves en los programas de televisión. ¡Y aún así no faltaba quien subiera con el perro! Pobres animalillos, se veía apenas y podían subir y que decir de los dueños desconsiderados sobre el riesgo que eso implica para ellos y sus mascotas. En fin, todo eso note cuando ya estaba sudando la gota gorda  pensando que no iba a llegar ala cima, donde hay una pirámide y desde luego la gran vista del lugar) cuando un señor dijo que ya saltaban poco. Eso me animo y seguí hasta llegar a una superficie plana donde al parecer era el termino de un cerro y la unión con otro, para llegar a unas escaleras metálicas bastante inclinadas y de ahí a la ansiada cima  pirámide, a la cual solo se puede llegar pagado la cuota correspondiente. Me sorprendió ver a una chica Hispter con unos lentes grandes leyendo a pleno sol, como si no se estuviera asando. Fuera alguna técnica novedosa o no, simplemente yo paso.













Así que me fui derechito a la pirámide en la cual no pude estar mucho tiempo porque había mucha gente arriba y del lado que estaba la sombra se encontraba lleno. Así que me quede justo debajo admirando la hermosa vista y sintiendo como me asaba. Tome varias fotografías del lugar  pero quería una donde yo saliera en la foto, así que mi acompañante me hizo favor de tomarme una con muy buena vista.

Ya a punto de bajar, me di cuenta que varias personas tomaban un camino diferente, por lo cual pensé que había otra forma de bajar y los seguí. Resulta que el lugar donde me llevaron era el santuario de los tejones, por así decirlo. Había muchos de estos animalitos que se me hicieron muy curiosos y tiernos con su trrr trrr y les tome fotos. Para esto yo tenía algo de hambre y saque de mi mochila una bolsa con frituras,sin darme cuenta que uno de los tejones me vio y pensó que lo iba a alimentar y se acercó a mi, al grado de que cuando saque la bolsa me la arrebato con su hocico y se echo a correr. Me espanté cuando vi que se pusieron agresivos y pelearon entre ellos por comida, así que "discretamente" como Homero Simpson huí del lugar del crimen antes de que me reclamaran por alimentar a los animales.



Creí que bajar sería fácil, pero fue la parte que se me complico. Esto debido al esfuerzo que tuve que hacer para no resbalar, ya que algunas piedras estaban muy lisas o ligaramente colocadas y debido a mi falta de equilibrio, me aferraba del primer lugar donde mi mano se agarrara. Creo que por eso termine con dolor de rodillas. Después comprendí porque había varios negocios anunciando masajes justo antes de subir. Y no era para antes, sino para después de bajar.

Mi sed y hambre me hacían actuar como zombie, así que comí(mos) en un lugar que se veía decente e higiénico, donde por fin conocí los famosos Itacates y sus variedades. Tal vez será por el estado en que me encontraba pero tenían buen sabor.

Una vez con el estómago lleno y después de haber descansado un poco, seguí(mos) con el viaje. Ahora fue turno de tomar fotos a los lugares más sobresalientes, como iglesias, el zócalo y demás. Fue cuando di(mos) con una sucursal de las famosas Tepoznieves las cuales conocí hace algunos años y me encantaron por su sabor u creatividad de nombres. Y es que con nombres como "Nieve de los dioses, "Beso del Tepozteco", "Nieve de Chinelo"o "Arrullo de Luna" una se imagina una delicia, sabor que no te decepciona. Algo que me agrado del lugar aunque se me hizo un tanto curioso fue que el lugar estuviera adornado con arreglos de Día de Muertos, Navidad y muchas cosas de colores y frutas, algo así como naturaleza muerta. Eso le daba un toque especial.
















Seguimos con el tour recorriendo el tianguis cultural (en fines de semana lo encuentras alrededor del zócalo), viendo muchas cosas de colores,hasta dar con un pequeño museo que se encuentra justo detrás de la iglesia principal. Es un museo pequeño donde solo encuentras piezas arqueológicas supongo encontradas en los alrededores. Al salir de ahí, pasamos del otro lado de la iglesia y nos acostamos en una gran banca, mirando hacia el cielo. Mi acompañante se durmió unos minutos mientras yo seguía tomando fotos y admirando como cambiaba de color el cielo conforme anochecía. Cuando se fue la luz y se iluminaron las lámparas llegó el momento de buscar otro lugar. Recorrimos de nuevo los alrededores del zócalo y dimos con una cafetería, un lugar para descansar. Lástima que estaba enferma de la garganta, ya que me quedé con ganas de probar el café de ese lugar. Una vez que salimos de ahí caminamos buscando que otro lugar podíamos ver, ya que todavía quedaba alrededor de una hora para tomar el camión de regreso. Así que llegamos hasta la parada del camión y fui(mos) a un Café Internet, hecho que discordaba un poco del lugar en que estábamos. Y así llego la hora de regresar. Literal acabe sin rodillas, no sé como llegue hasta mi casa sin que me cargaran jaja.
Y pues aunque llegue cansada, fue un viaje que tuvo un significado muy especial.

















Esta fue la primer parte. La segunda fue con Blanca y Gis, las únicas que ganaron el concurso para ser mis acompañantes durante mi salida (jaja ¿eso qué?). Tenía contemplada esa salida un fin de semana y para mi suerte estuvimos un día más. Salimos un viernes temprano y regresamos el lunes siguiente. Digamos que te vuelves consciente de algunas cosas que sueles hacer cuando convives con otras personas. Y a veces puede ser muy notoria tu hábito (obsesión) con la limpieza y el orden. Y sobre todo, te das cuenta que de hambre no te mueres, hasta la cosa más sencilla de comer se te ocurrirá. Y no es difícil, solo basta tener un poco de tiempo, aunque en este caso teníamos de sobra, y una lista de despensa surtida. Además tener que programar que comes por día (desayuno, comida y cena) para que no te sobren ni te falten cosas es parte de tener sentido de organización.
A grandes rasgo el itinerario fue el siguiente:

Día 1
Llegando lo primero que hicimos fue la comida y una vez que acabamos nos fuimos directito a la alberca. En un clima cálido esto es muuuy tentador y relajante. Estábamos tan a gusto que si no mal recuerdo estuvimos ahí un buen rato y terminamos saliendo porque ya había anochecido y empezó el frío, agregando el hecho de que el agua de la alberca estaba fría jaja. Después de un baño relajante con agua tibia, platicamos un largo rato y fue cuando descubrí el mundo de las runas. Ese día me dormí alrededor de las 2am pero me sentía bien (dentro de lo que cabe para mi situación) así que trate de pensar positivo.

Día 2
Al despertar lo primero que hicimos fue el desayuno y luego la alberca un ratito. Planeamos ir a un lugar donde hubiera algo que ver y el lugar que escogimos fue Tlayacapan, el cual estaba muy cerca de donde estábamos. El lugar es pequeño y me sorprende que cuente con 52 templos, uno casi casi en cada esquina. Me enteré de esto gracias a la guía que daba información en un mini tour por el pueblito, el cual nos llevo a recorrer las principales iglesias, nos dio la vuelte por el pueblo y nos llevo a ver como se hace el barro y hacer una figura. Aunque ya me quede con el trauma de ser "la coctelera social" del grupo de las suris ya que soy la única que bebe. Esto es porque la guía menciono que estaba amenizando la tarde con una chela cuando en realidad se tratada de una sangría preparada ¬_¬
En fin, después del tour dimos unas vueltas por el lugar, llegamos al kiosko y compramos algunas cosas. A mi me gustan mucho las cosas que son en miniatura, se me hacen muy curiosas y encontré un lugar donde vendían tazas y platos minis, así que compre unos.
Regresamos al lugar donde estábamos hospedadas para hacer algo de comer (moríamos de hambre) y otro rato en la alberca. Después vimos un poco de anime con una chica que viaja en el tiempo y una película cómica que no recuerdo como se llama jaja. Después creo que fue otro rato de larga charla y más runas.

Día 3
Despertamos algo tarde, era uno de esos días en que te despiertas sin que suena alguna alarma. Desayunamos y estuvimos en la alberca como ya era costumbre. pensábamos en ir a otro lugar, como Tepoztlán, pero al final el agua y la sensación de relajación nos atrapo que estuvimos ahí como 4 horas. Cuando ya empezábamos a sentir que nos salían aletas fue cuando decidimos salir e ir a comer, puesto que se supone ese día nos regresábamos. Así que nos dimos un pequeño lujo y comimos cerca. Ya en la tarde-noche fuimos por algunas cosas para cenar y de nuevo fue noche de anime. Esta vez fue el turno de un anime donde salían las naves de Star Wars, el castillo de Disney, Indiana Jones y el complejo de Edipo.

Día 4
Este fue más breve ya que fue el día que nos regresamos. Así de breve como se lee jaja.

Y pues digamos que este si es una descripción decente sobre los festejos de mi cumple. A quienes visitan este blog dejen sus comentarios ya que he visto que tengo visitas de lugares que ni conozco y que probablemente no hablen español pero supongo que si lo ven es porque les llama la atención.

¡Nos vemos a la próxima!






 



















martes, 25 de febrero de 2014

Mi cumple a detalle

Tal y como dice el título de esta entrada, se trata de la descripción de cómo pase el festejo de mi cumpleaños. Anteriormente había subido algunas imágenes pero no di una descripción adecuada sobre esa fecha ya que tenía poco tiempo y no quería dejar de mencionarlo, así que ahora que dispongo de mayor tiempo lo escribiré.

Mi cumpleaños es en los primeros días de enero (si, días fríos) así que prácticamente cuando inicia el año es como si festejara un año más. Y lo malo de esas fechas es que todo el mundo anda de parranda aún esperando la rosca de reyes. Como si en esas fechas no comiéramos bastante, en mi caso se suma el pastel. 
Como los decía, ya es costumbre que el día de mi cumple en mi casa me hacen el típico pastel, comida, los abrazos, etc. Y este año no fue la excepción. Sin embargo, debido a cuestiones ajenas, algunos familiares no pudieron acudir, así que fuimos pocos, lo que me llevo a comer más pastel jaja. 



No puedo parar de reír cuando veo a mi primo saboreando el pastel en cada foto jaja

Antes de que llegara esa fecha, yo había pensado en la forma en que quería celebrar (¡eran mis 25 años!) y debía de hacerse algo. El año pasado celebré en un bar, pero debido a la hora y al lugar, algunos no fueron o no toman, además de que no me quedaron muchas ganas de repetir siendo yo la anfitriona porque creo que de todos los asistentes fui la que menos disfrutó. Así que hice una lista con los lugares a los que quería ir y pasarle bien, entre ellos estaba Six Flags, Beraka (un parque de diversiones extremas, fuera del DF), Las Estacas, rentar una casa en Cuernavaca y no recuerdo que otras más. Hice un censo con mis amigos y pues al final una de mis amigas ofreció prestar su casa en Yautepec (Morelos) y la opción me pareció muy buena. Solo era cuestión de definir qué día sería ya que yo quería todo un fin de semana, digo no a diario puedes darte una escapada al calorcito, siendo que por esas fechas aquí en el DF había un frente frío y casi muero congelada. Así que encargué de ver esos detalles para tener todo listo, a veces mi obsesión por tener todo bajo control puede ayudar.

Antes de hacer ese reunión, tenía ganas de hacer un viaje pequeño (con una persona muy especial) y el lugar que se me ocurrió fue Tepoztlán en Morelos y claro, subir el famoso cerro del Tepozteco. Así que regresando a la historia principal, una vez que se fueron mis invitados empecé a hacer mi checklist de las cosas que llevaría, los lugares que debía visitar y precios de todo. Al día siguiente me levante temprano y salí de i casa rumbo a ls Central camionera del Sur, que era donde salían los camioncitos que me dejaban justo en el pueblito. Una vez con el boleto en la mano, me dedique a esperar hasta que saliera mi camión, lo curioso es que me habían dicho que tenía que estar en el andén 17 y cual fue mi sorpresa que ¡no había andén 17! Después de unos minutos de preguntar, medí cuenta que había una pequeña hoja de papel y con letra escrita a mano decía "Andén 17" justo enmedio de un poste. Así que me forme y aborde el primer camión que se paró en lo que yo podía deducir era el dichoso andén. Una vez arriba me perdí en el paisaje, ya que una de las cosas que disfruto cuando viajo en carretera es el paisaje y tomar una que otra foto. 
Hice alrededor de una hora para llegar a mi destino y  la base donde me (nos) dejó el camión era típica de un pueblito perdido en la nada. Solo había de referencia una gasolinera. Afortunadamente el amable conductor, antes de bajar, me había comentado de unas camionetas por parte de la línea de autobuses que de la base me podían llevar al centro de Tepoztlán gratis. Tuve que esperar 20 minutos y pasó el dichoso transporte. Fue gracioso porque pensaba que estaba muy retirado, pero fueron casi 3 minutos para llegar al centro. Una vez que baje tuve que tomar los fotos obligatorias sobre mi visita, ya saben pal' Face jaja.






Caminamos sobre la calle principal que nos llevaba justo a la falda del Tepozteco, no sin antes admirar la artesanía y notar que había mucho (muchísimo) extranjero, lo cual le quita un poco de misticidad al lugar. En fin, cuando vimos un letrero con algunas indicaciones del INAH y pequeños escalones, note que lo bueno apenas empezaba. Recuerdo que una amiga me había dicho que jamás fuera con zapatillas o calzado incómodo, ya que en partes era difícil subir. Y tenía razón. Llevé el calzado cómodo y las cosas necesarias para la ocasión (botellas de agua, papel, comida ligera y mi cámara, la cual no podía faltar). Para mi suerte esos días estaba enferma de la garganta y el clima junto con el esfuerzo físico provocaron que tuviera que descansar más veces de las que planeaba, pero valía la pena porque cada vez que me detenía tenía la oportunidad de tomar fotos y admirar el paisaje. Conforme iba (íbamos) subiendo, notaba que los escalones estaban más inclinados o incluso había partes donde no había escalones y en su lugar se encontraban piedras de las que si no te agarrabas bien, te podías dar un porrazo de esos trágicos que ves en los programas de televisión. ¡Y aún así no faltaba quien subiera con el perro! Pobres animalillos, se veía apenas y podían subir y que decir de los dueños desconsiderados sobre el riesgo que eso implica para ellos y sus mascotas. En fin, todo eso note cuando ya estaba sudando la gota gorda  pensando que no iba a llegar ala cima, donde hay una pirámide y desde luego la gran vista del lugar) cuando un señor dijo que ya saltaban poco. Eso me animo y seguí hasta llegar a una superficie plana donde al parecer era el termino de un cerro y la unión con otro, para llegar a unas escaleras metálicas bastante inclinadas y de ahí a la ansiada cima  pirámide, a la cual solo se puede llegar pagado la cuota correspondiente. Me sorprendió ver a una chica Hispter con unos lentes grandes leyendo a pleno sol, como si no se estuviera asando. Fuera alguna técnica novedosa o no, simplemente yo paso.













Así que me fui derechito a la pirámide en la cual no pude estar mucho tiempo porque había mucha gente arriba y del lado que estaba la sombra se encontraba lleno. Así que me quede justo debajo admirando la hermosa vista y sintiendo como me asaba. Tome varias fotografías del lugar  pero quería una donde yo saliera en la foto, así que mi acompañante me hizo favor de tomarme una con muy buena vista.

Ya a punto de bajar, me di cuenta que varias personas tomaban un camino diferente, por lo cual pensé que había otra forma de bajar y los seguí. Resulta que el lugar donde me llevaron era el santuario de los tejones, por así decirlo. Había muchos de estos animalitos que se me hicieron muy curiosos y tiernos con su trrr trrr y les tome fotos. Para esto yo tenía algo de hambre y saque de mi mochila una bolsa con frituras,sin darme cuenta que uno de los tejones me vio y pensó que lo iba a alimentar y se acercó a mi, al grado de que cuando saque la bolsa me la arrebato con su hocico y se echo a correr. Me espanté cuando vi que se pusieron agresivos y pelearon entre ellos por comida, así que "discretamente" como Homero Simpson huí del lugar del crimen antes de que me reclamaran por alimentar a los animales.



Creí que bajar sería fácil, pero fue la parte que se me complico. Esto debido al esfuerzo que tuve que hacer para no resbalar, ya que algunas piedras estaban muy lisas o ligaramente colocadas y debido a mi falta de equilibrio, me aferraba del primer lugar donde mi mano se agarrara. Creo que por eso termine con dolor de rodillas. Después comprendí porque había varios negocios anunciando masajes justo antes de subir. Y no era para antes, sino para después de bajar.

Mi sed y hambre me hacían actuar como zombie, así que comí(mos) en un lugar que se veía decente e higiénico, donde por fin conocí los famosos Itacates y sus variedades. Tal vez será por el estado en que me encontraba pero tenían buen sabor.

Una vez con el estómago lleno y después de haber descansado un poco, seguí(mos) con el viaje. Ahora fue turno de tomar fotos a los lugares más sobresalientes, como iglesias, el zócalo y demás. Fue cuando di(mos) con una sucursal de las famosas Tepoznieves las cuales conocí hace algunos años y me encantaron por su sabor u creatividad de nombres. Y es que con nombres como "Nieve de los dioses, "Beso del Tepozteco", "Nieve de Chinelo"o "Arrullo de Luna" una se imagina una delicia, sabor que no te decepciona. Algo que me agrado del lugar aunque se me hizo un tanto curioso fue que el lugar estuviera adornado con arreglos de Día de Muertos, Navidad y muchas cosas de colores y frutas, algo así como naturaleza muerta. Eso le daba un toque especial.
















Seguimos con el tour recorriendo el tianguis cultural (en fines de semana lo encuentras alrededor del zócalo), viendo muchas cosas de colores,hasta dar con un pequeño museo que se encuentra justo detrás de la iglesia principal. Es un museo pequeño donde solo encuentras piezas arqueológicas supongo encontradas en los alrededores. Al salir de ahí, pasamos del otro lado de la iglesia y nos acostamos en una gran banca, mirando hacia el cielo. Mi acompañante se durmió unos minutos mientras yo seguía tomando fotos y admirando como cambiaba de color el cielo conforme anochecía. Cuando se fue la luz y se iluminaron las lámparas llegó el momento de buscar otro lugar. Recorrimos de nuevo los alrededores del zócalo y dimos con una cafetería, un lugar para descansar. Lástima que estaba enferma de la garganta, ya que me quedé con ganas de probar el café de ese lugar. Una vez que salimos de ahí caminamos buscando que otro lugar podíamos ver, ya que todavía quedaba alrededor de una hora para tomar el camión de regreso. Así que llegamos hasta la parada del camión y fui(mos) a un Café Internet, hecho que discordaba un poco del lugar en que estábamos. Y así llego la hora de regresar. Literal acabe sin rodillas, no sé como llegue hasta mi casa sin que me cargaran jaja.
Y pues aunque llegue cansada, fue un viaje que tuvo un significado muy especial.

















Esta fue la primer parte. La segunda fue con Blanca y Gis, las únicas que ganaron el concurso para ser mis acompañantes durante mi salida (jaja ¿eso qué?). Tenía contemplada esa salida un fin de semana y para mi suerte estuvimos un día más. Salimos un viernes temprano y regresamos el lunes siguiente. Digamos que te vuelves consciente de algunas cosas que sueles hacer cuando convives con otras personas. Y a veces puede ser muy notoria tu hábito (obsesión) con la limpieza y el orden. Y sobre todo, te das cuenta que de hambre no te mueres, hasta la cosa más sencilla de comer se te ocurrirá. Y no es difícil, solo basta tener un poco de tiempo, aunque en este caso teníamos de sobra, y una lista de despensa surtida. Además tener que programar que comes por día (desayuno, comida y cena) para que no te sobren ni te falten cosas es parte de tener sentido de organización.
A grandes rasgo el itinerario fue el siguiente:

Día 1
Llegando lo primero que hicimos fue la comida y una vez que acabamos nos fuimos directito a la alberca. En un clima cálido esto es muuuy tentador y relajante. Estábamos tan a gusto que si no mal recuerdo estuvimos ahí un buen rato y terminamos saliendo porque ya había anochecido y empezó el frío, agregando el hecho de que el agua de la alberca estaba fría jaja. Después de un baño relajante con agua tibia, platicamos un largo rato y fue cuando descubrí el mundo de las runas. Ese día me dormí alrededor de las 2am pero me sentía bien (dentro de lo que cabe para mi situación) así que trate de pensar positivo.

Día 2
Al despertar lo primero que hicimos fue el desayuno y luego la alberca un ratito. Planeamos ir a un lugar donde hubiera algo que ver y el lugar que escogimos fue Tlayacapan, el cual estaba muy cerca de donde estábamos. El lugar es pequeño y me sorprende que cuente con 52 templos, uno casi casi en cada esquina. Me enteré de esto gracias a la guía que daba información en un mini tour por el pueblito, el cual nos llevo a recorrer las principales iglesias, nos dio la vuelte por el pueblo y nos llevo a ver como se hace el barro y hacer una figura. Aunque ya me quede con el trauma de ser "la coctelera social" del grupo de las suris ya que soy la única que bebe. Esto es porque la guía menciono que estaba amenizando la tarde con una chela cuando en realidad se tratada de una sangría preparada ¬_¬
En fin, después del tour dimos unas vueltas por el lugar, llegamos al kiosko y compramos algunas cosas. A mi me gustan mucho las cosas que son en miniatura, se me hacen muy curiosas y encontré un lugar donde vendían tazas y platos minis, así que compre unos.
Regresamos al lugar donde estábamos hospedadas para hacer algo de comer (moríamos de hambre) y otro rato en la alberca. Después vimos un poco de anime con una chica que viaja en el tiempo y una película cómica que no recuerdo como se llama jaja. Después creo que fue otro rato de larga charla y más runas.

Día 3
Despertamos algo tarde, era uno de esos días en que te despiertas sin que suena alguna alarma. Desayunamos y estuvimos en la alberca como ya era costumbre. pensábamos en ir a otro lugar, como Tepoztlán, pero al final el agua y la sensación de relajación nos atrapo que estuvimos ahí como 4 horas. Cuando ya empezábamos a sentir que nos salían aletas fue cuando decidimos salir e ir a comer, puesto que se supone ese día nos regresábamos. Así que nos dimos un pequeño lujo y comimos cerca. Ya en la tarde-noche fuimos por algunas cosas para cenar y de nuevo fue noche de anime. Esta vez fue el turno de un anime donde salían las naves de Star Wars, el castillo de Disney, Indiana Jones y el complejo de Edipo.

Día 4
Este fue más breve ya que fue el día que nos regresamos. Así de breve como se lee jaja.

Y pues digamos que este si es una descripción decente sobre los festejos de mi cumple. A quienes visitan este blog dejen sus comentarios ya que he visto que tengo visitas de lugares que ni conozco y que probablemente no hablen español pero supongo que si lo ven es porque les llama la atención.

¡Nos vemos a la próxima!