“¿Qué sucedería si un demonio te dijese: Esta vida, tal como tú la vives actualmente, tal como la has vivido, tendrás que revivirla una serie infinita de veces; nada nuevo habrá en ella; al contrario, es preciso que cada dolor y cada alegría, cada pensamiento y cada suspiro vuelvas a pasarlo con la misma secuencia y orden... y también este instante y yo mismo...?
Si este pensamiento tomase fuerza en ti... te transformaría quizá, pero quizá te anonadaría también. ¡Cuánto tendrías entonces que amar la vida y amarte a ti mismo para no desear otra cosa sino ésta suprema y eterna confirmación!”.
Friedrich Nietzsche.
La teoría del eterno retorno de Nietzsche está basada en dos principios metafísicos: que el tiempo es infinito y que la fuerza (materia básica del universo) es finita. Por tanto, dado un número finito de estados potenciales del mundo y una cantidad infinita de tiempo transcurrido, se deduce, que todos los estados posibles ya deben haber ocurrido, y que el estado actual debe ser una repetición. Y también el estado que le dio origen y el que surge de este, etc., hacia atrás en el pasado y hacia delante en el futuro.
Es
una característica del pensamiento occidental la idea de que el progreso
es indefinido y siempre hacia adelante, sin embargo, en otros sistemas
filosóficos, como los orientales, o en la filosofía de la historia de
algunos autores occidentales, se encuentra la idea de ciclos que se van
perfeccionando, retornando eternamente hasta alcanzar la forma perfecta
tras muchas fases erróneas.
El valor del concepto de eterno retorno ha sido tan discutido como poco entendido. En general, se le considera únicamente desde el punto de vista cronológico, en el sentido de repetición de lo sucedido. Pocas veces es pensado como uno de los conceptos más poderosos de la filosofía moral de todos los tiempos: “obra de modo que un horizonte de infinitos retornos no te intimide; elige de forma que si tuvieras que volver a vivir toda tu vida de nuevo, pudieras hacerlo sin temor y desees volver a vivirla tal como fue".
Esta idea, no promete una forma de inmortalidad sino enseñar que no se debe vivir ni desperdiciar la vida ni el momento presente. Lo inmortal en la vida, es el momento presente. “Cada momento existe siempre, y sólo nosotros somos su único público”. Planteaba que no sólo son los acontecimientos los que se repiten, sino también los pensamientos, sentimientos e ideas, vez tras vez, en una repetición infinita e incansable.
Deja que este concepto se haga fuerte en tu interior. Párate a pensar el momento actual que estás viviendo, los pensamientos que pasan por tu mente, las sensaciones que despiertan en tu interior. Cambia lo que tengas que cambiar para hacer ese momento “tuyo”, pleno y desees volver a revivirlo. Percibirás el tremendo poder que tiene “el eterno retorno”.
El valor del concepto de eterno retorno ha sido tan discutido como poco entendido. En general, se le considera únicamente desde el punto de vista cronológico, en el sentido de repetición de lo sucedido. Pocas veces es pensado como uno de los conceptos más poderosos de la filosofía moral de todos los tiempos: “obra de modo que un horizonte de infinitos retornos no te intimide; elige de forma que si tuvieras que volver a vivir toda tu vida de nuevo, pudieras hacerlo sin temor y desees volver a vivirla tal como fue".
Esta idea, no promete una forma de inmortalidad sino enseñar que no se debe vivir ni desperdiciar la vida ni el momento presente. Lo inmortal en la vida, es el momento presente. “Cada momento existe siempre, y sólo nosotros somos su único público”. Planteaba que no sólo son los acontecimientos los que se repiten, sino también los pensamientos, sentimientos e ideas, vez tras vez, en una repetición infinita e incansable.
Deja que este concepto se haga fuerte en tu interior. Párate a pensar el momento actual que estás viviendo, los pensamientos que pasan por tu mente, las sensaciones que despiertan en tu interior. Cambia lo que tengas que cambiar para hacer ese momento “tuyo”, pleno y desees volver a revivirlo. Percibirás el tremendo poder que tiene “el eterno retorno”.